IMPORTANCIA DE LA CONTABILIDAD EN LAS CIENCIAS

miércoles, 9 de junio de 2010

Antes de la aparición de la escritura china y de la maya, que fueron invenciones relativamente tardías, hacia el último siglo del cuarto milenio A.C., los funcionarios de las ciudades-estados sumerias de la Mesopotamia, como por ejemplo Uruk habían desarrollado un sistema para asentar cifras, pictogramas e indeogramas sobre superficies de arcilla preparada al efecto.

En Uruk, en 1920 y 1930 un equipo de arqueólogos alemanes sacó a la luz numerosos ejemplos de estos asientos arcaicos. Estudios realizados posteriormente han permitido determinar que el repertorio de caracteres empleado por los escribas de Uruk era amplio y se lo estima en no menos de 1500 signos independientes. La mayor parte de éstos son ideogramas enteramente abstractos y los escasos pictogramas representan animales salvajes como el lobo o el zorro, elementos de tecnología avanzada como el carro o la maza.

Qunque la mayor parte de los textos de Uruk no han sido aún descifrados, algunas identificaciones permiten deducir que los escribas de Uruk registraban, principalmente, asuntos como transacciones comerciales y ventas de tierras. Algunos de los términos que aparecen con mayor frecuencia son los de pan, cerveza, oveja, ganado mayor y vestimenta.

En Uruk las tabillas fueron encontradas en un conjunto de dependencias del templo; del resto la mayor parte salió a la luz en las ruinas de casas privadas, en las que la presencia de sellos y de tapones de arcilla para jarras marcados con improntas testimonia cierto tipo de actividad mercantil.

Investigadores de la Universidad de Chicago realizaron un análisis de los archivos del palacio de Nuzi, una ciudad iraquí del segundo milenio A.C., que provenían de excavaciones realizadas en los años 1927 y 1931. Tales estudios permiten informar sobre la existencia de un sistema de asientos que utilizaba "fichas". Según los textos de Nuzi, dichas fichas se empleaban con fines contables; se decía de ellas que estaban "depositadas", "transferidas" y "suprimidas".

El investigador Leo Oppenheim imaginó un tio dual de sistema contable en los textos de Nuzi; además de los documentos uniformes de los escribas, la administración palaciega poseía unas cuentas tan tangibles paralelas. Por ejemplo, una ficha de una clase determinada podría representar cada uno de los animales de los rebaños del palacio. Cuando en la primavera hubieran nacido nuevos animales, se añadiría un número igual de fichas nuevas; cuando se sacrificaban animales, se sustraería el número apropiado de fichas. Se trasladaban las fichas de un estante a otro, probablemente cuando los animales se movieran de un aprisco a otro, cuando las ovejas fueran esquiladas, y así sucesivamente.

Un hallazgo de una tablilla hueca, en forma de huevo, en las ruinas del palacio vino a reforzar esta hipótesis. La inscripción que figura en la tablilla resultó ser una lista de 48 animales. Esta tablilla resonaba y cuando se la abrió se hallaron en su interior 48 fichas. Presumiblemente esta combinación de una lista escrita y fichas contables representaba una trasferencia de animales de un servicio de palacio a otro.

El gran yacimiento arqueológico elamita de Susa, cuyos niveles son anteriores a los de Nuzi, permitió confirmar la existencia en dicha ciudad de un sistema contable similar. Los receptáculos de fichas de Susa, a diferencia de los de Nuzi, eran esferas de arcilla huecas que Pierre Amiet, del Museo de Louvre, denominó "bullae".

Las fichas que contiene son hechas de arcilla modeladas en una gran variedad de formas geométricas, que incluyen esferas, discos, cilindros, conos y tetraedros.
El hallazgo de Amjet fue de gran significación pues no solo demostró que las bullae y fichas existían al menos un milenio y medio antes de que aparecieran en Nuzi, sino que puso también de manifiesto que eran tanto o más antiguas que los primeros documentos escritos de Uruk.

Investigaciones posteriores permitieron concluir que este tipo de fichas estaban presentes, virtualmente, en todas las colecciones de los museos de artefactos del período Neolítico del Asia occidental.

En efecto, se habían hallado en lugares que van desde el lejano oeste, como Beldibi, en lo que hoy es Turquía sudoccidental, hasta el lejano oriente como Chanhu Daro, en lo que hoy es Paquistán. Se han exhumado fichas incluso en un yacimiento del octavo milenio A.C. a orillas del Nilo en las proximidades del Jartím. Al principio parecía imposible que pudiera haber una relación entre las fichas de l época neolítica y las de Susa ya que un mínimo de 5000 años separaban estos dos grupos de fichas. Pero el hallazgo de fichas de arcilla similares en yacimientos representativos de períodos más tardíos, del séptimo milenio A.C. al cuarto y aún posteriores, permite inferir la existencia de un sistema de contabilidad que hací uso de fichas, se había difundido no sólo en Nuzzi y Susa sino por toda el Asia occidental desde una época tan remota como el noveno milenio A.C. hasta épocas tan cercanas como el segundo milenio.

El sistema parece haber sido casi idéntico a otros muchos métodos de contabilidad primitivos, e incluso no tan primitivos. Los filólogos clásicos están familiarizados con el sistema romano de hacer cálculos con guijarros. Hasta el final del siglo XVIII, el Tesoro Británico operaba todavía con fichas para calcular los impuestos.

Los pastores del Irak, hasta nuestros días, emplean guijarros para llevar la cuenta de las cabezas de sus rebaños, y el ábaco constituye aún el instrumento normal de cálculo en los mercados de Asia. El arcaico sistema de fichas de Asia occidental era, quizá, solo algo más complicado que sus correlatos posteriores.
Considerado en su totalidad, el sistema tenía unas 15 clases principales de fichas, divididas en unas 200 subclases, basadas en el tamaño, marcas o variación fraccional como el caso del cuarto, mitad y tres cuartos de esfera.

En resumen, los primeros ejemplos de escritura en Mesopotamia, constituyen al parecer, una novedosa aplicación, a finales del cuarto milenio A.C. de un sistema de registro, que era nativo del Asia Occidental, desde los primeros tiempos neolíticos en adelante. Desde esta perspectiva, la aparición de la escritura en la Mesopotamia representa un paso lógico en la evolución de un sistema de contabilidad que se originó hace unos 11.000 años.
En nuestro continente americano la civilización inca había desarrollado un sistema de numeración sumamente complejo e ingenioso que permitía representar todas las operaciones necesarias para la vida cotidiana, disponer de información precisa y actualizada sobre los recursos del imperio y conservar un registro de todos los cálculos.

Este sistema, denominado "quipu" (palabra quechua que significa nudo) se componía de una cuerda principal horizontal de la que colgaban piolines multicolores reunidos en grupos y en los cuales aparecían a intervalos regulares diferentes tipos de nudos.

Estos quipus cumplían funciones muy diversas. Servían, por ejemplo, de base para la representación de hechos, litúrgicos o cronológicos, desempeñaban el papel de almanaques, pero por sobre todo, se utilizaban con fines contables. El color de los piolines, la cantidad y ubicación relativa de los nudos, el grosor de los grupos y separación tenían significados muy precisos. Además se los conservaba celosamente cuando se quería mantener en memoria las operaciones efectuadas por lo cual constituían herramientas estadísticas de gran valor relativas a todo lo que ocurría en el imperio evaluación de las cosechas, número de animales cazados, censo de población, registro civil, fijación de la base imponible, inventarios de los recursos materiales y humanos.

En cada ciudad y aldea había funcionarios denominados quipucamayos ("guardianes de los nudos") que además de confeccionar los quipus e interpretar su significado, brindaban al gobierno las informaciones pedidas. Cada año inventariaban los productos cosechados en la región y enviaban luego los respectivos quipus a la manera de registros, a la administración central, la cual disponía así de información estadística semejante a la que encierran nuestros archivos estatales contemporáneos.

El quipu inca se mantuvo mucho tiempo en uso en Bolivia y en Ecuador. Hou en día los indios bolivianos y peruanos utilizan un sistema análogo, el Chimpu, más perfeccionado. Una cuerdecilla da las unidades de 1 a 9 (cada nudo es una unidad). El número de decenas está representado por los nudos hechos sobre dos cuerdecillas unidas y el de centenas por tres cuerdecillas también unidas entre sí.
Pero este método no es exclusivo de América del Sud.

Herodoto cuenta por ejemplo que Darío I rey de Persia, habiendo responsabilizado a soldados griegos de la custodia de un puente, les entregó una correa con 60 nudos a la par que les decía: "Deshagan un nudo cada día, si yo o he vuelto cuando hayan deshecho el último nudo, vuelvan a sus naves y regresen a su país".

Sistemas análogos se habrían utilizado en China y en Extremo Oriente, el sistema persiste actualmente. J.G. Février en su obre Histoire de l'escriture manifiesta: En algunos distritos montañosos de la isla de Okinawa los obreros cuentas sus días de trabajo y los importes que se les adeudan mediante nudos hechos en cuerdas de paja.

En la ciudad de Shuri los acreedores prendarios llevan el registro de sus operaciones mediante una larga cuerda de junco que se divide en dos mediante otra cuerda. Lo nudos de la parte superior indican el mes del préstamo y los de la parte inferior el importe de la operación.

Esos ejemplos que atestiguan de la supervivencia de un método arcaico, prueban el carácter universal de la inteligencia humana y permiten reconstruir un eslabón de la historia de las cifras y de los sistemas de numeración que junto con la escritura constituyen una aventura del pensamiento.

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